CENS N° 461
3° 3°CIENCIAS NATURALES
Profesora: Molinari, Bárbara
Hola a todos/as, cómo están? Cómo están
llevando esta cuarentena??
Bueno seguimos en esta situación de
excepción así que seguiremos trabajando por acá.
Ante todo les pido disculpas porque me
atrasé con la actividad de esta semana. Aquí se las dejo.
Fecha de entrega: jueves 16/4. Y al final
de todo está el correo al que pueden mandar esta y todas las actividades
anteriores.
En esta oportunidad quisiera retomar lo
que abordamos en la primera actividad sobre qué es la Sociología (antes de las
actividades de conmemoración del 24 de marzo y el 2 de abril). Era una
actividad a partir de una nota de un blog sobre la Sociología como ciencia que
molesta.
Luego de leer el texto, podían ya tener
una primera aproximación a lo que es la Sociología y en qué momento surgió.
Recordemos un par de párrafos de esa
nota:
“¿Y
por qué el sociólogo y su ciencia provocan ese efecto? En primer lugar
por el objeto de la sociología: el estudio científico del funcionamiento de las
sociedades humanas. Tengamos en cuenta que cualquier poder esta montado sobre
una especie de mitología, sobre una ideología justificativa. Puede ser
por ejemplo que la democracia representa a todas las personas, que la justicia
es ecuánime, que los puestos se reparten según reglas meritocráticas o que los
líderes son infalibles. Y hay mucha gente cómoda con estos mitos, para empezar
los propios interesados en que el status
quo se mantenga pero no solo ellos.
Esto
hace que ya de partida cuando se ponen en cuestión esas “verdades”, la
sociología moleste porque nos enseña lo que una gran parte de la gente prefiere
no ver, al menos en los tiempos de bonanza económica, porque ahora mismo existe
un fuerte sentimiento de indignación, en parte porque las élites exhiben sus
miserias sin ningún pudor. Pero hasta no hace mucho los barómetros
sociales indicaban que la gente tenía en muy buen concepto a las principales
instituciones del país, se encontraban razones incontrovertibles sobre lo
buenas que eran las mayorías absolutas y de los beneficios que aportaba un
sistema bipartidista. Sin embargo, cuando estudias esas mismas instituciones
con la mirada del sociólogo, analizas su funcionamiento real no el
funcionamiento pretendido, profundizas en las estrategias que siguen para el
mantenimiento de privilegios y desigualdades y no te crees la ideología que
desarrollan para su legitimación. Y esto, haya o no haya crisis.
En
segundo lugar, ese mismo estudio del funcionamiento de la sociedad entra de
lleno en el terreno de la ideología de las personas. La mirada sociológica
cuando analiza como funciona toda actividad social realmente y no como
desearíamos que funcionara, lo quiera o no, interviene en las luchas por las
distintas concepciones del mundo. Cuando se analiza a una religión - o a la
propia ciencia para que no se diga que sólo me meto con la religión - como una
construcción social con una historia concreta y no como algo de origen divino o
cuasi divino se levantan ampollas, sobre todo en las instituciones religiosas o
en las instituciones científicas.
En
tercer término se me ocurre que a los que detentan el poder no les gusta la
sociología, la quieren en los departamentos de las universidades, en los
círculos académicos, de manera que puedan aprovechar sus aportaciones teóricas
y prácticas que puedan serles útiles, pero lejos de divulgarlas con carácter
general pues contienen ideas que de extenderse pueden resultar peligrosas.
Por
último, la sociología parece que hace a veces de una especie de Pepito Grillo,
de una suerte de conciencia social que no sienta muy bien a los que se sienten
aludidos. Esto se ve favorecido por las constantes preguntas que reciben los
sociólogos con predicamento a golpe de micrófono, preguntas a las que se ven
obligados a dar una respuesta sin darles tiempo a reflexionar, hay incluso
sociólogos de cabecera listos siempre para dar una opinión de urgencia y, por
supuesto, hay sociólogos comprometidos con multitud de causas diferentes. Y
todo esto hace que sea fácil argumentar que qué clase de ciencia es esa que
permite en su seno tanta variedad de opiniones y tantos juicios de valor
diferentes sobre un mismo hecho. Pero la razón última vuelve a ser el objeto de
la sociología. El sociólogo observa los fenómenos sociales perteneciendo
o formando parte de la sociedad, es como si el físico estudiara el choque de
móviles montado dentro de uno de ellos en vez de observar desde el exterior
mediante instrumentos de medida. ¿Hasta qué punto el sociólogo es independiente
de los problemas que estudia?”
Entonces…
Ø La
Sociología es una ciencia que se
dedica al estudio científico del
funcionamiento de las sociedades humanas y todas las cuestiones y problemas
(sociales) que se derivan de eso.
Ø
Es una ciencia que se dedica al estudio
científico…Esto significa que tiene un método
para estudiar el funcionamiento de las sociedades humanas. No opina por opinar,
ni especula como podemos hacer nosotros diariamente desde el sentido común. Al
contrario, se diferencia del sentido
común, analiza y produce conocimiento que desnaturaliza el sentido común.
Ø
Ese método es el método científico de investigación en ciencias sociales.
Ø
La sociología surgió luego de las revoluciones de fines del s. XVIII,
principalmente la Revolución Francesa y la Revolución Industrial que comienza
en Inglaterra, y también la revolución de independencia de Estados Unidos).
Esto no significa que antes no hubiera personas que se dedicaran a estudiar la
sociedad y los problemas sociales. Lo que pasó fue que esas revoluciones
produjeron cambios tan importantes que fue necesario un nuevo tipo de
explicación, una ciencia que se dedicara al estudio científico de las
sociedades que estaban cambiando y pudiera explicar lo que estaba pasando.
Imagínense una situación de crisis en la cual todo lo que ustedes conocían
hasta el momento y les hacían sentir seguros y cómodos de repente empezó a
cambiar (les suena conocido??)
Ø
Es una ciencia
que molesta y molesta por varias razones que ustedes leyeron en el texto
analiza en profundidad problemáticas sociales y lo hace desde un punto de vista
que desnaturaliza lo que pensamos que es normal y natural, desfamiliariza lo
que nos resulta familiar y de alguna manera nos trastoca la vida cotidiana y
nuestra forma de ver y de hacer las cosas incluso más comunes.
Ø
El punto de vista y la mirada sociológica es una forma de ver las cosas, distinta a
otras y que por lo general se opone al sentido común.
Ø La
sociología es molesta, sí! Pero muy necesaria, sobre todo ahora. Piensen que
surgió para explicar una crisis y un montón de cambios que las personas estaba
viviendo como dramáticos. Utilicemosla ahora.
Bien,
supongo que ya pudieron elaborar una definición de sociología. A continuación
les voy a dejar otras definiciones de sociología de diferentes sociólogos.
¿Qué
pasó? Después que surge la sociología y Augusto Comte le pone el nombre, de ahí
en más hubo y hay hasta el día de hoy un montón de sociólogos que cada uno elabora
una definición propia de sociología, que no es que sean muy distintas, pero
cada uno le da un toque particular:
“El
objeto de estudio de la Sociología son los hechos sociales”. “Los hechos
sociales exhiben caracteres muy particulares: son modos de actuar, de pensar y
de sentir exteriores al individuo, y que poseen un poder de coerción en virtud
del cual se le imponen”. (Emile Durkheim, Las Reglas del método sociológico,
1895)
“(…)
Podemos denominar institución a todas las creencias y todos los modos de
conducta instituidos por la colectividad; en ese caso, podemos definir así a la
sociología: la ciencia de las instituciones, su génesis y su funcionamiento”.
(Emile Durkheim, Las Reglas del método sociológico, prefacio a la segunda
edición)
“Por
Sociología debe entenderse: una ciencia que aspira entender la acción social,
interpretándola, para explicarla de ese modo en su desarrollo y efectos. Debe
entenderse por acción una conducta humana siempre que el sujeto o los sujetos
la vinculen a un sentido subjetivo. Por lo tanto, la “acción social” es una
acción en que el sentido intencionado por su agente o agentes, está remitido a
la conducta de otros, orientándose por ella en su desarrollo”. (Max Weber,
Economía y Sociedad, 1922)
“En
la sociología, por el contrario, toda proposición que contradiga las ideas
aceptadas por todo el mundo se vuelve sospechosa de haber surgido de una
presuposición ideológica, una toma de posición política. Choca con intereses
sociales, con los intereses de los que son dominantes, cómplices del silencio y
del “buen sentido” (que indica lo que es, debe ser y no puede ser de otra
forma)” (P. Bourdieu, Una ciencia que incomoda, Sociología y Cultura, 1980).
Actividad 1:
Sobre
las definiciones de Sociología que acabás de leer:
1.
¿Qué entienden por Sociología en cada una de
ellas?
2.
¿Qué significan
los siguientes conceptos? Tratar de explicarlos con sus propias palabras y si
es necesario pueden buscar en libros o en la web (en cualquier caso digan de dónde
sacaron la información):
§
Hechos sociales
§
Instituciones
§
Acción
social
§
Intereses
sociales
§
Intereses
dominantes
§
“Buen
sentido”
Bien, ahora les propongo
una segunda actividad en relación al origen de la sociología.
Actividad 2:
Lean con atención el fragmento del cuento “Un día en la vida
de Odette” y la introducción previa, La “Revolución Francesa mirada por una
niña”, que reconstruye la visión de una niña sobre la Revolución. Y luego
respondan las preguntas a continuación.
1.
Según Odette, ¿por qué se produce la Revolución?
2.
¿Cómo era el clima que se vivía durante los días
de la Revolución? ¿Qué cambió en la vida de Odette, de su familia y del resto
de los franceses a partir de la Revolución?
3.
¿Qué significa que “ahora todos eran libres e
iguales”?
4.
Uno de los resultados más importantes de la Revolución
Francesa fue una Declaración fundamental para la vida de los ciudadanos. Busquen
esa Declaración y escriban una reflexión sobre la misma. La vamos a retomar la
próxima
La Revolución Francesa
mirada por una niña
En
la sociedad francesa, todavía podían distinguirse durante el siglo XVIII tres
estados o estamentos con diferentes derechos y obligaciones: el clero, la
nobleza y el Tercer Estado. Este último incluía el 95% de la población y estaba
constituido por grupos heterogéneos, burgueses (comerciantes y profesionales),
obreros y campesinos. Mientras el clero y la nobleza casi no pagaban impuestos
y concentraban el mayor porcentaje de tierras, el Tercer Estado, carente de
todo poder político, estaba abrumado por los impuestos. Cuando en 1789 la
miseria y el hambre hacían crisis, el rey Luis XVI convocó en Versalles a los
Estados Generales[1].
Esta asamblea sería el punto de partida de la Revolución.
Un
día en la vida de Odette, hija de la Revolución Francesa
“Abuela, te contaré todo desde el día en que
se reunieron los Estados Generales. La noche anterior, papá nos reunió a
Pierre, a Nicole y a mí y nos contó que el rey los había convocado para hacer
frente a la crisis de hambre, pobreza y descontento que hay en Francia. Yo no
sé si tú en el campo has tenido problemas para alimentarte; pero lo que es aquí
en París es casi imposible encontrar harina. Mamá tiene que hacer colas durante
horas para conseguir apenas unos gramos y pagar carísimo.
El día de los Estados Generales salimos a la
calle a ver a los diputados que se dirigían hacia Versalles. Nunca me voy a
poder olvidar de esos doscientos diputados vestidos enteros de negro que
representaban al Tercer Estado, a nosotros; ¡al pueblo! [...] Tras los
diputados venían los nobles, tan elegantes, vestidos con encajes, sombreros con
plumas y trajes orillados en oro. A su paso, las voces que habían vivado a los
diputados del pueblo se silenciaron abruptamente. Tampoco hubo aclamaciones
para los hombres de la Iglesia que los seguían.
Después, mis hermanos y yo acompañamos a
mamá a la casa de la marquesa de Chambord a entregarle un vestido. Cuando
llegamos [...] nos abrió un lacayo con librea de terciopelo verde y nos hizo
pasar hasta el salón, [...] las paredes estaban cubiertas de un género carmesí
y sobre ellas colgaban tapices con escenas de caza. Los espejos sobre las tres
chimeneas multiplicaban la estancia y, aunque eran las tres de la tarde, los
candelabros estaban encendidos. ¿Te das cuenta el despilfarro? [...] La
marquesa vestía un traje de raso azulino orlado de encajes de color crema. Su
peinado era alto, con un voluminoso moño hecho de cientos de bucles. Mamá le
entregó el vestido y la mujer, en lugar de pagar, se quejó por el atraso.
–Perdone, señora marquesa –dijo mi mamá
turbada– pero en estos días es tan difícil conseguir los hilos... Además no
sabe usted el tiempo que pierdo en hacer colas para conseguir alimentos.
La
marquesa hizo como que no escuchaba y nos ofreció unos pancitos de anís [...];
por lo demás, ni siguiera pagó por el vestido y le dijo que volviera después.
¿Te acuerdas cuando los curas y los nobles
no quisieron juntarse con el pueblo en los Estados Generales y el Tercer Estado
se constituyó en Asamblea Nacional? Bueno, sucedió que los representantes del
Tercer Estado juraron solemnemente “no separarse más hasta que la Constitución
sea establecida y fundamentada”. Mi papá me dijo que desde ese momento el rey
tendría que gobernar con la Asamblea Nacional.
El domingo 12 de julio, cuando se supo que
el rey había echado a Necker[2],
su ministro de Finanzas. Mi papá y sus amigos comentaban que Necker nos
defendía y que sin él los pobres iban a tener aún menos pan y aún más
impuestos. Desde ese momento, la gente comenzó a salir a la calle al grito de:
‘¡A las armas, patriotas!’.
Esa noche, cuando papá volvió de su trabajo
en el taller estaba magullado y corría un hilo de sangre por su frente. Nos
contó que venía por las Tullerías cuando vio que una multitud se agolpaba en
torno a un diputado del Tercer Estado que arengaba al pueblo diciendo: ‘Necker
ha sido despedido, no podemos esperar más: ¡tenemos que recurrir a las armas!’.
Estaba en medio del discurso cuando una tropa de soldados a caballo irrumpió en
el lugar y se abalanzó sobre la multitud, hiriendo a muchos. Mi papá se
despertó tirado en el suelo.
Esa noche varias personas llegaron a nuestra
casa a prevenirnos: se decía que el rey y los nobles se aliarían para masacrar
al pueblo. Y nos contaron que los parisinos, para defenderse, estaban saqueando
todos los depósitos de armas de la ciudad.
Esa noche Marie vino a buscarme y me dijo
que su padre y hermanos mayores habían partido a Los Inválidos, al igual que mi
padre, y me propuso que los siguiéramos. Y cuando las campanas de la iglesia
dieron las seis de la mañana, Marie y yo nos encontramos en medio de una enorme
muchedumbre. El pueblo se agolpaba frente a Los Inválidos. Algunos ciudadanos
distribuían fusiles; otros tenían cañones. Se empezaron a oír voces que
gritaban ‘A La Bastilla, a buscar pólvora para nuestros cañones’. El sol estaba
en lo alto cuando el tumulto llegó frente a los torreones de La Bastilla, que
contenía los arsenales de pólvora. Un viejo de barba anunció a voz en cuello:
‘–El gobernador se niega a bajar el puente’.
Entonces se escuchó un terrible estruendo:
el primer piquete de hombres había cortado a golpes de hacha las cadenas del
puente. Una oleada de hombres se abalanzó a cruzarlo. Y en ese momento los
primeros disparos salieron desde la fortaleza. ¡Ay, abuela: los heridos y los
muertos comenzaron a caer! Un estallido de cañones terminó por abatir las
últimas puertas de La Bastilla y la fortaleza fue invadida. Parecía que todo
París hubiera entrado en La Bastilla. En ese momento corrimos hasta llegar a
casa. Papá volvió muy tarde, estaba pálido y sucio y nos dijo: ‘–Cayó La
Bastilla. He visto la cabeza del gobernador en la punta de una bayoneta’.
Los días que siguieron nos asustamos mucho
por ti. Llegaron noticias de que bandas de malhechores robaban en los campos;
quemaban y saqueaban todo a su paso. También supimos de campesinos que
incendiaron los castillos y de muchos muertos. Días después mi padre dijo que
íbamos a celebrar porque ahora todos éramos libres e iguales. Así lo decían las
primeras palabras de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
que proclamó solemnemente la Asamblea Nacional”.
“El rey, como Odette pensaba, no solucionaría
los problemas del pueblo ni tendría larga vida. Los sucesos más sangrientos aún
no comenzaban. Para que la paz se instaurara en Francia tendrían que morir
muchas personas; entre ellas el padre de Odette [...].”
Tomado de Balcells y Güiraldes. Un día en la
vida de Odette, hija de la Revolución Francesa, Chile, Editora Zig-zag, 1993
Fecha de entrega: jueves 16/4
Envíos al siguiente correo electrónico: barbaramolinari19@gmail.com
Pueden mandar todas las actividades
anteriores ahí también
Bueno eso es todo por ahora. Será hasta
la próxima actividad, que estaré subiendo aquí la semana próxima.
Saludos
Bárbara, la profe de sociología
[1] Cuerpo
formado por el clero, la nobleza y el Tercer Estado, convocado por el rey para
resolver cuestiones extraordinarias.
[2]
Financista y ministro de Luis XVI. Intentó
obligar a los nobles a cumplir con sus obligaciones impositivas pero no tuvo
mucho éxito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario