UNIDAD I
1- EL ESTADO COMO ACTOR INTERNACIONAL
CONCEPTO: a) El
estado nacional.
Antes de desarrollar
el tema: Estado como protagonista internacional, intentemos recordar qué se
entiende por Estado Nacional.
El Estado es “la nación jurídicamente organizada”, y sus
habitantes están unidos por un sentimiento común y por sus propias voluntades
de formar parte de esa nación. Ese sentimiento común surge, porque sus
habitantes comparten tres elementos fundamentales:
·
El territorio, con límites más o menos precisos.
·
Una historia, con hechos pasados significativos,
fundantes, como por ejemplo el establecimiento del primer gobierno patrio, la
Declaración la Independencia, etc.
·
Una misma lengua, utilizada por todos.
Los habitantes de un mismo
territorio, que cuentan con un pasado en común y que hablan una misma lengua,
tienen una identidad social y están organizados de cierta manera: gobierno,
leyes, instituciones.
Por lo tanto, Estado, es la
comunidad de personas que posee un territorio común definido, una identidad
cultural con un pasado con momentos fundantes, una lengua común, una identidad
cultural y además están organizados jurídicamente.
Sin embargo, algunas
investigaciones de las ciencias sociales, parecen contradecir la eficacia de la
definición anterior. El vínculo entre territorio, nación y Estado es
problemático y basta con recurrir a ejemplos:
“Entre 1865 y 1880, la Argentina participó en la guerra contra el
Paraguay como aliada con Brasil y Uruguay, Los conflictos que el Estado
Argentino debió enfrentar durante esta guerra son ejemplos de esta falta de
correspondencia absoluta entre territorio, Estado y nación.
En el momento en que estalló la guerra, el gobierno nacional, presidido
por Bartolomé Mitre, vio en ella una herramienta para impulsar la unificación
nacional, azotada por conflictos entre las autoridades nacionales y los poderes
provinciales, así como entre los grupos dirigentes de las provincias. Sin
embargo, la guerra resultó impopular y en algunas provincias –sobre todo en las
mesopotámicas- hubo resistencias al reclutamiento de soldados y se produjeron
deserciones e intentos de deserción masivos.
Algunos han explicado este hecho
sugiriendo que mucha gente percibía esa guerra como otra guerra civil. Ese
Estado, que luchaba por su organización interna y que ya había redactado una
constitución, no lograba que todos sus habitantes poseyeran una idea de nación
que se correspondiese estrictamente con la que él promovía.
Desde el punto de vista cultural, es posible suponer que muchos habitantes
de algunas provincias argentinas no encontraran tantas diferencias con el
Paraguay. Existía, incluso, una comunidad lingüística -que hablaba guaraní- que
no se correspondía exactamente con las fronteras trazada entre ambos países.
En algunas zonas de Europa
contemporánea, como en la ex Yugoslavia, se encuentran ejemplos dramáticos de
esta falta de correspondencia entre nación y Estado.
Es posible observar la coexistencia, en un mismo Estado, de diversas
comunidades con tradiciones culturales, lenguas y adhesiones religiosas
distintas. Las identidades diferenciadas de estos grupos sociales – reforzadas
por la existencia de rivalidades históricas- se acercan mucho a la idea de lo
que es una nación.
Las formas de organización de las
sociedades humanas han sido distintas a lo largo de los diferentes períodos
históricos, por lo que es necesario considerar la forma Estadonación como una
de las tantas en la historia de la humanidad". (1)
a)
Un poco de historia.
El Estado constituido históricamente de esta manera es un Estado soberano
en su espacio. Esto significa que a través de este proceso transformó la fuerza
en poder legítimo, el poder de hecho en poder de derecho. Este poder legítimo
del Estado se basa en la existencia de un ordenamiento jurídico y en su
capacidad de imponer la paz en su propio territorio y reunir a los habitantes
para defenderse de la ofensiva de un Estado enemigo”. (2)
Con el tiempo la idea de nación,
consolida al Estado, pero a través de procesos dificultosos.
“El Estado centralizado, con una
organización jurídica y una estructura institucional se enfrenta, generalmente,
con las diferencias culturales existentes entre los diversos grupos que
conforman el país. Cómo exigir fidelidad a un Estado a individuos que se
sienten sólo parte de su grupo cultural, que hablan una lengua profesa una
religión y tienen costumbres que, en muchos casos, difieren notablemente de las
propuestas por el Estado central.
La modificación de las condiciones económicas fue creando
mercados de dimensiones nacionales que derivaron en la homogeneización de una
serie de comportamientos de grupos que, en períodos anteriores, habían
permanecido aislados en sus regiones. Sin embargo, el elemento económico no es
suficiente para lograr la homogeneidad contenida en la idea de nación. Para que
se dé en toda su significación, la idea de nación tiene que estar “en la
cabeza” de las personas, lo cual sucede, en parte, como consecuencia de haber
vivido un proceso histórico común, pero también gracias a la intervención del
Estado en la difusión de esa idea. La actividad del Estado en la difusión de la
idea de pertenencia a una nación puede ser más fuerte o más atenuada, de
acuerdo con una serie de condiciones.
Si comparamos dos Estados europeos, Gran Bretaña y Francia,
por ejemplo, veremos que la idea de nación y su compatibilidad con el Estado es
muy fuerte en el caso de Francia. En Gran Bretaña, por el contrario,
encontramos un Estado que no ha sofocado las diferencias culturales que algunos
llaman “nacionalidades espontáneas”. Los habitantes de Gran Bretaña se sienten
ciudadanos de ese Estado, pero no necesariamente lo perciben o lo sienten como
su “patria”. Su patria es, en todo caso, Inglaterra, Gales o Escocia.
Para algunos historiadores, la explicación de estas diferencias reside en la insularidad de Gran Bretaña –en los tiempos del surgimiento del Estado moderno era una isla fácilmente defendible con una flota- que le permitió conservar una estructura estatal flexible. Los países del continente, como Francia –permanentemente expuestos a invasiones de sus vecinos -, debieron imponer, en cambio, una forma centralizada del poder a través de la administración, la escuela del Estado, los institutos de reclutamiento, etc.
“La forma de organización política y jurídica de las
sociedades característica de la época moderna es el Estado-nación. El Estado,
tal como se entiende en la actualidad, es una organización centralizada, de
tipo impersonal, que ejerce su poder sobre un conjunto de individuos que viven
en un mismo territorio. El Estado ejerce su soberanía sobre este territorio y
sobre los que habitan en él. La soberanía de un Estado es la capacidad que éste
dispone para imponer reglas. De este modo, garantiza la paz en el territorio y
protege las fronteras mediante diferentes instituciones. La soberanía implica,
además – con distinta intensidad, según los gobiernos –, el aliento de
determinados valores, considerados propios o preferidos por esa nación: la
preservación de la lengua nacional, el relato de la historia del país a través
del sistema educativo, la promoción de bienes culturales que tengan relación
con la identidad – en un sentido flexible y amplio – de ese grupo social que
habita dentro de las fronteras del Estado-nación.
ACTIVIDADES DE
INTEGRACIÓN
1.
¿Cómo podemos definir a un “Estado”?
2.
¿Qué tres elementos fundamentales debe tener un
Estado?
3.
¿Qué rol cumplen los habitantes?
4.
¿Qué vinculo se puede establecer entre
territorio, nación y Estado?
5.
¿A qué se denomina estado centralizado?
Prof: Madelaine Tedesco
Curso: 3°2°
Mail: madelainet@outlook.com
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